Lo esencial es invisible a los ojos.
"En aquel entonces no supe comprender nada. Debía haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras. Ella se perfumaba y me iluminaba. ¡Jamás debí haber huido! Debí adivinar su ternura, tras sus pobre mañas, ¡Las flores son tan contradictorias! Pero yo era demasiado joven para saber amarla". - El Principito
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