lunes, 18 de julio de 2011

Una noche me puse a hablar en un Pub con un chico, nos reímos, charlamos y luego le dije que le acompañaba a casa. Estuvimos hablando en un banco un rato y luego me invitó a subir, yo le dije que no por miedo a equivocarme, me fui. Cuando iba a mitad de camino me arrepentí y me di la vuelta, salí corriendo hasta llegar a su portal pero él ya no estaba, así que me fui a mi casa. La moraleja de todo esto es que debería haberme quedado y llamar a todos los timbres hasta dar con él, porque hay oportunidades que solo pasan una vez en la vida.

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